Uno de los puntos fundamentales para el buen funcionamiento de una instalación de bombeo es asegurar el cebado de las bombas manteniendo siempre las tuberías llenas de agua.
Las válvulas de retención son las encargadas de cortar el paso del fluido cuando el flujo de éste se detiene, evitando así que las tuberías se vacíen.
La válvula de retención HISPAVAL utiliza un sistema de clapeta oscilante.
Dicha clapeta gira respecto a sus anclajes en el lateral de la válvula.
Cuando se detiene el paso de agua, la clapeta se apoya en el asiento del cuerpo perpendicular al flujo.
Al abrir el paso, la clapeta se sitúa en el hueco lateral, dejando el paso de agua libre.
El diseño y fabricación de esta válvula le confieren un comportamiento muy fiable, aspecto totalmente necesario para la seguridad de la instalación.
Para el buen funcionamiento de la válvula de retención es necesario un flujo uniforme, que mantenga la clapeta en una posición estable y sin oscilaciones que pueden producir un desgaste excesivo en los elementos móviles.
Con el objetivo de conseguir un flujo uniforme, la válvula ha de instalarse a una distancia mínima de 5 veces el diámetro nominal de la tubería desde la impulsión o el anterior elemento de la instalación que desestabilice el flujo (6 ó más en el caso de codos).
Aguas abajo de la válvula deberá dejarse también una distancia mínima de 2 veces el diámetro nominal hasta el siguiente elemento de la instalación (codos, válvulas de regulación, etc.).
Asimismo, se debe instalar la válvula entre tramos de tubería perfectamente alineados, de lo contrario se generan tensiones en las bridas, que en caso de producirse presiones excesivas, pueden dañar la estructura de la válvula.
Diseño robusto y fiable.
Buen cierre a baja presión.
Bajas pérdidas de carga.
Taladrado PN-10/16. (Bajo consulta ANSI 150 lb).
Presión máxima de trabajo: DN-50 hasta DN-300: 16 bar. DN-350 y DN-400: 10 bar.
Aptas para aguas residuales.
Recubrimiento en esmalte sintético, poliuretano y epoxi.